El Papa celebró la "Pasión del Señor" y seguirá desde el Vaticano un Via Crucis centrado en la paz
Con la presencia del Sumo Pontífice, se realizó una de las tradicionales ceremonias de la Semana Santa en la Basílica del Vaticano.
El papa Francisco celebró este viernes la llamada Pasión del Señor en la Basílica de San Pedro y por la noche seguirá desde su residencia en el Vaticano el Vía Crucis que estará dedicado a las "voces de paz en un mundo de guerra", ya que no irá al Coliseo romano a causa del "frío intenso" sobre la capital italiana.
"Debido al intenso frío de estos días, el papa Francisco seguirá el Vía Crucis de esta noche desde Casa Santa Marta, uniéndose a las oraciones de quienes se reunirán con la Diócesis de Roma en el Coliseo", informó hoy el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, en un comunicado a través de Telegram a medios acreditados en el Vaticano.
El Vía Crucis comenzará a las 21.15 de Roma (16.15 de la Argentina) cuando se prevé que en la capital italiana habrá una temperatura de 10 grados, según el Servicio Meteorológico italiano.
Francisco, de 86 años, estuvo internado tres días la semana pasada por una bronquitis que le provocó una infección pulmonar.
Según los textos preparados por el Vaticano, las 14 meditaciones estarán centradas en el tema de las "voces de paz en un mundo de guerra" e incluirán testimonios y víctimas de conflictos de todo el mundo, y en una de las paradas de la Cruz estarán juntas jóvenes de Ucrania y Rusia, como sucedió en 2022.
Pasión del Señor
El Papa celebró en la Basílica de San Pedro la denominada Pasión del Señor, una misa que recuerda, según la tradición cristiana, la muerte de Cristo. De todos modos, el pontífice no se recostó en la nave central de la basílica al inicio de la ceremonia, como en años anteriores, sino que quedó en silencio durante casi dos minutos sentado en la silla de ruedas en la que llegó, como es costumbre en las ceremonias a partir de los problemas de rodilla que tuvo en 2022.
La denominada Pasión del Señor se caracteriza porque el Papa no lee la homilía sino que se limita a escucharla del predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, un capuchino de 88 años.
En su homilía, basada en la discusión sobre la muerte de Dios, Cantalamessa recurrió a textos de los filósofos alemanes Martin Heidegger y Friedrich Nietzche para resaltar la creencia cristiana sobre Dios.
"Ella ha sido declinada de las más diversas maneras y con los más diversos nombres, hasta convertirse en una moda, en un aire que se respira en los círculos intelectuales del Occidente posmoderno", sostuvo Cantalamessa.
En un mensaje de densidad intelectual, el predicador planteó que "el denominador común de todas estas diferentes declinaciones es el relativismo total en todos los campos: ética, lenguaje, filosofía, arte y, por supuesto, religión".
"Nada más es sólido; todo es líquido, o incluso vaporoso. En la época del romanticismo la gente se deleitaba en la melancolía, hoy en el nihilismo", agregó en su homilía, en la que además estuvo citado de forma explícita el poeta Dante y de forma implícita el pensador polaco Zygmunt Bauman. (Télam)